El violinista de Ciudad Universitaria, la persona que nos alegra el día a muchos.
Muchos le conoceréis, por la mañana en Moncloa y a mediodía en CIU, hombre alto, moreno y que tiene, sin duda, un don para hacer sonar el violín sin desafinar ni una sola nota.
Con sus melodías de Disney, los chicos del coro, El señor de los Anillos, el valtz de Schostakowitsch, etc, etc y sus bases de fondo discretas y preciosas hace que mi más de una hora de trayecto hasta Madrid merezca la pena.
Llego a Moncloa donde podría coger el bus hasta mi Facultad que me deja en la puerta, pero no, prefiero ir en Metro y lugo andar 10 minutos solo por escucharle. Con sus canciones me alegra el día, hace que me salga una sonrisa cada vez que lo escucho.
En varias ocasiones he pasado un largo rato de pie, frente a él, fingiendo leer apuntes o esperar a alguien solo para estar escuchándole por un rato, intentando adivinar que canción toca, viendo como sus manos se deslizan por el violín con una facillidad casi inimaginable y como con el arco hace sonar melodías perfectas. En estos largos ratos escuchándole varias veces me han dado ganas de hablarle, me gustaría conocerlo, hablar con él, que me contase donde aprendió a tocar así. Otras veces me dan ganas de llevarme la guitarra o la flauta a Madrid y ponerme a tocar con él.
En definitiva, sólo me gustaría que si algún día lees esto, Benjamín (según tengo entendido que te llamas) que sepas que nos alegras el día a todos. Que ahora que se acaba el curso ya no voy a poder oirte todos los días, pero espero que en Septiembre sigas ahí sacándonos una sonrisa a cuantos pasamos por ahí diariamente. Y haciendo que el ir a clase es algo más ameno y agradable cuando podemos disfrutar de 2 minutos escuchándote a la que vamos de camino.
Muchos le conoceréis, por la mañana en Moncloa y a mediodía en CIU, hombre alto, moreno y que tiene, sin duda, un don para hacer sonar el violín sin desafinar ni una sola nota.
Con sus melodías de Disney, los chicos del coro, El señor de los Anillos, el valtz de Schostakowitsch, etc, etc y sus bases de fondo discretas y preciosas hace que mi más de una hora de trayecto hasta Madrid merezca la pena.
Llego a Moncloa donde podría coger el bus hasta mi Facultad que me deja en la puerta, pero no, prefiero ir en Metro y lugo andar 10 minutos solo por escucharle. Con sus canciones me alegra el día, hace que me salga una sonrisa cada vez que lo escucho.
En varias ocasiones he pasado un largo rato de pie, frente a él, fingiendo leer apuntes o esperar a alguien solo para estar escuchándole por un rato, intentando adivinar que canción toca, viendo como sus manos se deslizan por el violín con una facillidad casi inimaginable y como con el arco hace sonar melodías perfectas. En estos largos ratos escuchándole varias veces me han dado ganas de hablarle, me gustaría conocerlo, hablar con él, que me contase donde aprendió a tocar así. Otras veces me dan ganas de llevarme la guitarra o la flauta a Madrid y ponerme a tocar con él.
En definitiva, sólo me gustaría que si algún día lees esto, Benjamín (según tengo entendido que te llamas) que sepas que nos alegras el día a todos. Que ahora que se acaba el curso ya no voy a poder oirte todos los días, pero espero que en Septiembre sigas ahí sacándonos una sonrisa a cuantos pasamos por ahí diariamente. Y haciendo que el ir a clase es algo más ameno y agradable cuando podemos disfrutar de 2 minutos escuchándote a la que vamos de camino.
Yo también quisiera llevarme la guitarra y cantar junto a él. Pero no puede ser, ahora debo centrarme en mis estudios. MUUUUCHAS GRACIAS, Benjamín. Un besazo de CRISTINA
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